Hay muchos mitos alrededor del consumo de comida casera congelada. La realidad es que en un mundo ajetreado como en el que vivimos actualmente, resulta una opción más conveniente congelar la comida para consumirla después, así evitamos la malnutrición de la comida chatarra, y, además, ahorramos tiempo en tareas que necesitan de nosotros todos los días.
Es bien sabido que todo tipo de carnes: res, pollo, pescado, cerdo; se mantienen estables por más tiempo si se congelan. Se altera el tiempo de vida y se mantiene más fresca. Las frutas y verduras congeladas también son mucho más convenientes porque se pueden preparar recetas con ellas teniéndolas en el congelador por mucho tiempo, sin preocuparse por si van a echarse a perder o no. Así que podemos asegurar que la preparación de una comida casera congelada es una opción viable y eficaz.
Lo fundamental de la comida casera congelada
Es importante mencionar que conocer los procesos de cocción y preparación de alimentos es de suma importancia para mantener la calidad de la comida, el desconocimiento podría arruinar la calidad de los alimentos. En caso de no ser expertos, hay servicios de comida para llevar, entre los que se puede mencionar Redi Food, que ofrecen productos que cumplen con los estándares de procesos de cocción y preparación. Respecto al tema, hay gran oferta en el mercado para solucionar la problemática del desconocimiento de procesos.
Lo indispensable es entender por qué la comida casera congelada es una buena opción. Una numerosa cantidad de estudios científicos han resuelto y explicado las razones por las que es seguro y saludable consumirla. Para comenzar, los nutrientes que podemos conseguir de los alimentos se dividen en 2:
- Macronutrientes.
- Micronutrientes.
Los macronutrientes son los que te proveen de energía y necesitamos en grandes cantidades (gramos). De estos existen 3: proteínas, grasas, y carbohidratos.
En cambio, los micronutrientes son las vitaminas y minerales, de los cuales no obtenemos energía; pero sí necesitamos de ellos, aunque en cantidades pequeñas (miligramos o incluso microgramos). Resulta que algunos de estos micronutrientes están enlazados tan fuerte entre sí que el cuerpo no puede descomponerlos para digerirlos. Y otros de estos micronutrientes son muy difíciles de absorber ya por naturaleza.
A esta facilidad o dificultad con la que el cuerpo puede absorber los nutrientes de cada alimento, se le conoce como biodisponibilidad: entre más accesibles sean los nutrientes, mayor biodisponibilidad tendrán. Cocinar los alimentos es una opción que incrementa esta biodisponibilidad, pero disminuye la de otros.
Por ejemplo, consumir vitaminas liposolubles—A, D, E, y K—junto con alimentos con comida que contengan grasa, aumentan mucho más su biodisponibilidad porque esas vitaminas podrán ser disueltas con la grasa de los alimentos.
La opinión de los expertos
Además, las investigaciones dicen que los alimentos congelados, como los cosechados para dejarlos madurar después, son muy similares en su contenido nutricional. También las frutas y verduras congeladas retienen sus antioxidantes a pesar de que contienen vitaminas solubles en agua.
Si hablamos de las carnes, el impacto es aún menor si se tienen los cuidados necesarios, tampoco afectará su textura; suavidad, ni provocará la proliferación de bacterias. La Food & Drug Administration y la International Food Information Council Foundation han mencionado que estos alimentos contienen prácticamente la misma cantidad de nutrientes que los que no están congelados.
En conclusión, según la opinión de los que saben, la opción más eficaz para alimentarnos es la comida casera congelada pues los niveles nutrimentales se conservan, mientras que la frescura de los ingredientes se puede mantener si conocemos los procesos adecuados.