Alimentos caseros precocinados y las nuevas generaciones. Los millennials somos volátiles, exigentes, autocríticos. Somos la generación que ha cuestionado las etapas de la vida adulta, las condiciones en las que deberíamos trabajar y hemos defendido el derecho a disfrutar del mundo de una forma más práctica. Sabemos pedir ayuda y aceptamos toda la posible con tal de llevar una vida más libre.
Somos la primera generación que tiene la fortuna de digitalizar su existencia y este regalo revolucionó el mundo, logramos automatizar la mayoría de las labores cotidianas, hay apps para casi todo y las que faltan se están creando hoy. Algunas funcionan mejor que otras, pero probando y descartando podemos encontrar la mejor para cada tarea cotidiana.
Las que más nos obsesionan, tal vez por lo necesarias que resultan, son las que se relacionan con la alimentación. Queremos que alguien nos alimente rápido, rico y saludable (a veces). Así elija algo más fresco, como en Redi, o las opciones de toda la vida como elegir comida rápida en Didi o Rappi etc; lo que quiero es estar satisfecha, busco el equilibrio entre costo y beneficio.
Ya se ha demostrado que no soy la única, a los millennials nos obsesiona la comida, lo leí en una revista de cocina gourmet, somos considerados foodies por nuestra especial predilección y conocimiento por todo lo que se refiere al ámbito culinario. Y si me lo preguntan, preferimos los alimentos caseros precocinados, en lugar de cocinar todo desde cero.
A favor de los alimentos caseros precocinados
Es un hecho que consumir comida casera es satisfactorio cuando se trata de algo delicioso y perfectamente preparado, el problema suele ser encontrar quién lo prepare, un millennial promedio no cocina, sólo come. Amamos el tema de economizar el tiempo, utilizarlo para hacer cosas que de verdad disfrutemos, por ejemplo: comer.
La solución me parece lógica: consumir alimentos caseros precocinados. Sólo así evitamos el proceso de comprar ingredientes, esterilizarlos, buscar la receta, cocinar, equivocarse, volver a cocinar y comer tan rápido como sea posible. Cuando el alimento está precocinado prácticamente hay que calentar y ya.Incluso he optado por buscar apps que diseñen la dieta que necesito, para no tener que decidir todos los días qué debo comer.
Así se soluciona el asunto de la rapidez, en cuanto a la calidad, me sorprendió saber que hay alimentos que si se congelan adquieren propiedades más nutritivas que cuando no están congelados. Hay cantidades inmensas de información sobre este tema, ha obsesionado a las universidades, a los nutricionistas, a la gente fit y a los obsesionados con el estilo de vida saludable. La conclusión es que ya nadie odia la comida congelada, sino que la consumen según convenga.
Los millennials eligen
Lo que pude concluir respecto al costo y beneficio del que hablaba al inicio es que los alimentos caseros precocinados son la mejor opción si buscamos comida de calidad y rápida, no hay nada como disfrutar de una buena velada luego de un largo día de trabajo, pero sin mucho esfuerzo. Los costos no se elevan como se elevarían por comer afuera y los platillos mantienen el sabor natural que han perdido las franquicias de comida prefabricada. Pero defiendo el derecho millennial de elegir, pues con seguridad hay más opciones para quienes prefieren sólo comer.